OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

domingo, 31 de julio de 2016

Alicia Pastore (*) ENHEBRADOS

Alicia Pastore, Enhebrados (La luna que, Buenos Aires 2015)

























MARGINALIA

“Enhebrados” se construye como una trama. Los poemas se anudan unos a otros como un bordado que a la vez se reuniera y se desplegara en la tela que es también el libro de la poeta Alicia Pastore, editado por La luna que, en 2015.

Palabra delicada, cuidadosamente seleccionada a partir del buceo a fondo en el caos de la lengua; palabra tributaria de una observación finísima, susceptible de captar aun el detalle mínimo que solo la poesía ve.

La lluvia abre la escena y también la cierra: banda de sonido necesaria, telón que invita al descanso, momento en que el resto del mundo desaparece dando paso a la omnipresencia del huésped. Pienso: si hay un huésped es porque hay un anfitrión dispuesto a alojarlo: ¿el deseo o la necesidad de escribir? Sabemos que el visitante “se acomoda al impulso del hambre”, que la poeta lo banca aunque el vértigo rodee la búsqueda: “asoma sus ojos/ al aljibe/ de los espejismos”. El espejo-espejismo devuelve la imagen de los ausentes: el ciego, la mendiga, el inmolado, el hombre de manos de pan (y su mujer y su hijo), las víctimas de “un sistema/ sin pudor”, y más. Una mirada de infinita compasión detiene la letra en ellos: “declina otra tarde/ en el crepusculario/ que arde en su pupila”.

Después de un largo día, la noche cómplice siempre llega: hora de replegarse en la palabra para la Entrega diaria, momento en que caen las máscaras y se devela el verdadero rostro de la poeta.

©Marta Ortiz
 


Poemas transcriptos del poemario Enhebrados:

copula
con la inocencia
aveces

un erial incumplidor
hace crujir
el deseo desde lejos
si hay huésped
hay memoria

se ven las casa
que soñaron
en colores:
mediodías con rostros


abandono

edifican pájaros,
el discurso
es libertario

el albedrío, un
reverbero mezquino
concebido en las alas

los pájaros
no saben del riesgo
de volar
en las alturas,
ni del viento que empuja

y caen

de la mano expandida
y del credo


credo

busca
un dios precario

un rostro

una luz
que despeje
los indicios

pero las lámparas
no alumbran
estas cuestiones

solo vigilan
el punto de fuga



sale de la casa la mujer

y sin mirar a la mendiga
le da una moneda

que dios la bendiga

dios, que no es sordo,
la acompaña
hasta la farmacia

declina otra tarde
en el crepusculario
que arde en su pupila


el regreso
a la casa
es lento

la noche, un embudo
que la suelta
en los espejos

busca su rostro final

una procesión
de sudarios
se abalanza
a recoger las máscaras


la noche revienta
en un espasmo de presagio

es inabordable
el gesto claro

pasan sombras
junto a los párpados,
un casi imperceptible
olor a lirios
la conmueve

algo anda por ahí
algo anda
y no la detiene



noche

páginas secretas
se sacuden ágiles
bajo su penumbra,
lo saben sus asiduos
inquilinos

el diurno duerme,

su corola de sueños
le asegura
un espacio adecuado

al despertar,
algo ve a contraluz
algo ve,
y llora



(*)
Alicia Pastore nació en Buenos Aires, donde vive, el 29 de Noviembre de 1949.
De mí, nada: vagos recuerdos de talleres literarios, unos versos en papel, un grupo, una revista, un pr..., lo de siempre, nada.
Ahora, si hablamos de Poesía, ésto sí es algo serio. Siento que me toca el hombro, me dice: no me eludas, la opción es: "conocimiento o muerte". Saber que la muerte nos topa en cada ausencia, prejuicio, exclusión o miedo, facilita mi elección.
Eso, tan poco y tanto.
Escribe y difunde poesía a través de las siguientes páginas:
http://agnesyelnomeolvides.blogspot.com/
http://www.ivoox.com/escuchar-un-caos-lucido_nq_1274_1.html




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