OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

miércoles, 6 de febrero de 2013

Odysseas Elytis

 









dos poemas de "El Monograma"
(trad. directa del griego: Nina Anghelidis)
Ediciones El tucán de Virginia, México, 2010) 
  
II
Estoy de luto por el sol y por los años que vendrán
Sin nosotros y canto por aquellos que han pasado
Si todo eso fue verdad

Cuerpos en armonía y barcas que chocaron suavemente
Guitarras que titilaron bajo las aguas
Los "créeme" y los "no"
A veces en el aire, a veces en la música

Nuestras manos, dos pequeños animales,
Esperando subir furtivamente el uno sobre el otro
La maceta con la albahaca en las puertas abiertas
Y los trozos del mar que nos seguía
Por encima de las tapias, detrás de los cercos
Por la anémona que se posó sobre tu mano
Y por el malva que tembló tres veces tres días sobre las
    cascadas 

Si todo eso fue verdad yo canto
Por la viga de madera y el tapiz cuadrado
Por la Gorgona, en la pared, de suelta cabellera
Por el gato que nos miró en medio de la oscuridad

Niño con el incienso y la cruz bermeja
Cuando la noche cae sobre lo inaccesible de las rocas
Estoy de luto por la prenda que rocé y el mundo fue mío.



III

Así hablo de ti y de mí

Porque te amo y en el amor sé
Entrar como Plenilunio, por todas partes,
Y hallar tu pequeño pie bajo las inmensas sábanas
Sé deshojar jazmines -porque tengo la fuerza
De soplar y llevarte adormecida
A través de luminosos pasajes, secretas galerías marinas
Y árboles hechizados con telarañas plateadas

Las olas han oído hablar de ti
Cómo acaricias, cómo besas
Como susurras el "qué" y el "eh"
Alrededor de la garganta, de la bahía,
Siempre nosotros la luz y la sombra

Siempre tú la estrellita y siempre yo la nave oscura
Siempre tú el puerto y yo el fanal a la diestra
El muelle mojado y el brillo de los remos
En lo alto la casa con las enredaderas
Las rosas sujetadas, el aire que refresca
Siempre tú la estatua que crece y yo la sombra que crece.


 
 Odysseas Elytis (Seudónimo de O. Alepoudelis; Iráklion, Creta, 1911 - Atenas, 1996) Poeta y ensayista griego, uno de los más representativos de la renovación de la lírica moderna en Grecia. Obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1979.
Entabló amistad con el mayor defensor griego del surrealismo, el poeta Andreas Embirikos. En 1935 publicó sus primeros poemas en la revista Nea Ghrammata (Nuevas Cartas) y participó en la primera exhibición internacional surrealista organizada en Atenas ese año. Más tarde publicó en la revista Makedhonikes Iméres (Días Macedonios) una colección de poemas llamados Orientaciones (1939). La hora de los Desconocidos (1939) y El Sol el Primero (1943) son otros de sus libros de poemas

4 comentarios:

mariel monente dijo...

conmovedora belleza.Gracias por recordarnos a este excelente poeta.
Mariel Monente.

Anónimo dijo...

Hermosísimos...qué bella su Palabra!
Gracias Marta por compartirlos, un abrazo

Anónimo dijo...

Montse Bertrán

Marta Ortiz dijo...

Sí, son muy logrados, muy bellos estos poemas, esta versión de Nina Anghelidis que nos permite llegar a la palabra del poeta.
gracias Mariel y Montse, por pasar por aquí y dejar huella, un abrazo muy fuerte a ambas.