OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

sábado, 8 de agosto de 2015

SILVIA CASTRO: "ISONDÚ"



Silvia Castro, Isondú, El Suri Porfiado, Buenos Aires, 2014





 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los huesos del tiempo 

  por Marta Ortiz

Derivas de la dimensión omnívora de la cámara (“las papilas gustativas de la luz”), la fotografía almacena imágenes. Como el relámpago, como el flash, como el isondú, fotografía y poema iluminan zonas oscuras y rescatan lo que se oculta al ojo rutinario. 
“En una hoja cabe el mundo”, escribe Silvia Castro, y cada fotografía es botón de muestra. El ojo de la cámara relata sin que importen los desniveles: lo que se ve destaca lo que no se ve,  lo visible tiene su detrás, su fuera de foco, su fuera de encuadre. 
El relato siempre será el doble juego de la palabra que nombra y el silencio que la rodea, de los trazos de tinta y el vacío a su alrededor. Dicho de otra manera, en palabras de la poeta y en otro dominio, “una fotografía a imagen y semejanza / del vacío que crea / los huesos del viento la sostienen”. Idénticos los huesos que la mirada del escritor levanta, los que sostienen el relato, los que sostienen el poema.
Espejo y resguardo contra la finitud, la imagen capturada perpetúa fragmentos de vida, detiene el tiempo, anula el futuro y entrega su milagro, su porción de eternidad: el dedo índice que en la fotografía actual de la escultura del cementerio de Recoleta aparece mutilado, ha quedado indemne en la fotografía de la misma escultura, tomada en 1914. 

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poemas de Isondú:

El Isondú, nombre que en guaraní significa gusano de luz,
es, a no dudarlo, una verdadera maravilla
en el pequeño mundo entomológico.
(E. Correa Morales. Isondú. Lecturas variadas para escuelas comunes)

( fragmento del epígrafe general del poemario)
 

Arte poética

Mis derechos de autor se acaban en la superficie del agua.
Ella se escurre. Lo que queda del texto retratado:
música de cámara. La fotografía no existe,es mujer 
muerta de parto, y la poesía es su réquiem.

Del Taj Mahal, la piscina que lo duplica, su sonido.
Y la niebla, que empaña la lente.


Fotos del mar

I

las dunas cubren las copas de los árboles
no hay estaciones si el tiempo se detiene

en una hoja cabe el mundo

el sonido de una lágrima en el mar
baja por el vidrio hasta la arena

II

las hojas se quiebran antes o después de caer
los años no ven por dónde caminan

un crujido en la hojarasca detona el paisaje

un hueco en el ala del desierto
un estruendo en blanco y negro

el zapato del cielo se llena al caminar
las huellas pesan como un diluvio

III

una fotografía a imagen y semejanza
del vacío que crea

los huesos del viento la sostienen

negativos tallados en madera de barco
tablas curvas donde el cielo se desliza


Muralla

cuando los chinos
inventaron la fotografía
aún no existía el papel

tomaron en sus manos la Muralla
la pulieron
e hicieron de ella un espejo del mundo

lo que vieron fue la muerte
su faena uniforme y puesta en abismo
los fragmentos de la vida
perpetuada en portarretratos

sus soldados en fila
la arcilla de la amalgama
el espacio entre viñetas

su propio dibujo
por primera vez
empequeñecido

la cámara oscura de cada torre
los caídos
en pleno ejercicio de la apariencia

el universo había dejado de ser infinito
su fotografía
no


Isondú

I

en su panteón de Recoleta
Emma Nicolay de Caprile está fuera de plano

sentado en la falda de Emma
un niño sostiene un libro y baja la vista

falta un dedo en la mano posada en su hombro
ese dedo señala el rastro de las primeras letras

la lengua muerta del libro asciende

Emma duerme en su guardapolvo de mármol
su lengua no

estoy tomando una fotografía en latín
la lengua madre sale movida

los vándalos del mármol van y vienen
lo que importa es la iluminación

el niño se deja lamer por la segunda lengua
de la segunda madre

Emma detiene mi disparo con el muñón del índice

en la fotografía
el tiempo sostiene un dedo en alto

silencio

las papilas gustativas de la luz
unen la eme con la a
la eme con la a

una dulce cadena
en el sentido de las agujas

miro la hora
la lengua se cierra sobre el niño

una espiral ascendente
enhebra las letras que faltan

el niño repite:
mamá

la lengua no sale en la foto

detrás de la reja suenan las campanas del Pilar
ya son las cuatro

mater
repite el niño

cuenta campanadas sin recreos
y señala
con mi dedo
la salida

II

Luis Ibarra vive en Constitución
pero nació en Misiones

mirá ,  Luis
mirá la luz

decía su abuela en guaraní
el día que aprendió a cazar

su mano infalible por la costanera
guardaba en un frasco la luz que iba y venía
entre carpas y compañeros

hacele agujeritos
le pedí
para que respire
mientras le sacaba fotos

la tapa del frasco reflejaba
el vientre metálico de otro DC10
de los tantos que zumbaban
entre el río y la costa

no hace falta ya va a ver
ya va a ver cuando amanezca

esa noche no dormimos
cada tanto iba a mirar frasco y niño
con toda la luz en el interior

el sol abría y cerraba
sus branquias bajo el agua

al amanecer perdimos la tapa de la lente

en la cámara indefensa
la transparencia giraba en los huecos del aire
con toda la luz que se fue por el niño

III

bastaba dar unos pasos hacia atrás para verla
Emma y su cuerpo entero en la portada del libro
ahora sí
dentro del encuadre

esta fotografía no me pertenece
tampoco el índice

ahora todos bajamos la vista
el niño
Emma
el índice y yo

el libro nos convoca:
o mbokua kua kuera michĩ kuera

en la página sesenta y cinco
la luciérnaga irrumpe en manos de una niña
que no encuentra a su muñeca

Mirá, Yassí, si Rorro viera este Isondú
cómo abriría los ojos
¿Por qué no me traes a Rorro, enano?

el Yassí Yateré
sólo trae niñas a la selva
muñecas no

Lía yace en su camita de isipós
Rorro, unos metros más allá

¡Oh, adorable muñequita! pálida de miedo
pero tenía el valor de señalar con su manecita sin dedos
el camino rojo rubí que llevaba al raptor

unos pasos se detienen junto al enano
ha llegado la madre con el frasco

hacele agujeritos
dice el niño

que ya aprendió a leer





*Silvia Castro (General Roca, Río Negro, 1968) reside en Bs. As desde 1993. Poeta y fotógrafa. Editó los libros de fotografía Anagramas, Sphera, Pehuén, Abra, Sin párpados, La soga de la ropa, Caja china y Dulce Aldea/Copahue (2005-2008). Sus series fotográficas acompañan proyectos como Trenes de Alberto Muñoz y El banco está cerrado de Carlos J. Aldazábal. Como performer presentó Los textos del Río, Laica, La Mujer de Shakespeare. Como poeta es autora de La Selva Fría (En Danza, 2006), Tura - X ejercicios de Poesía Rubik (El Suri Porfiado, 2012), Puelches, El doble de la nada y El lado manco (inéditos). Coordina ciclos de poesía e integra la organización del Festival Latinoamericano de Poesía en el Centro, en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.






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