OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

sábado, 10 de julio de 2010

Antón Chéjov (la lección del maestro)



Chéjov no escribió nunca un ensayo ni un esbozo de teoría literaria, pero de su correspondencia a amigos, editores, escritores amigos, se extrajeron estas notas y reflexiones...

De la escritura del cuento

el inicio me parece siempre muy prometedor, como si empezase una novela; la parte central es incierta, chapucera; y el final, una especie de fuegos de artificio, como en un cuento breve. Involuntariamente, cuando se escribe un cuento, uno se preocupa ante todo de sus límites; del conjunto de protagonistas y semiprotagonistas se toma un solo personaje –marido o mujer-, se lo sitúa en el fondo y se resalta sólo a ese; los otros, en cambio, se distribuyen en ese fondo como monedas menudas, formando algo que se asemeja a la bóveda celeste: una luna grande rodeada de una multitud de estrellas muy pequeñas. No obstante, la luna no acaba de quedar bien, porque sólo es posible entenderla si se comprenden también las estrellas; pero éstas no están perfiladas. […] ¿Qué hacer? La verdad es que no lo sé. Confío en el tiempo, que cura todos los males.

(en carta a Alekséi Suvorin, Moscú, 27 de octubre de 1888)

Del arte de reescribir...

Preparo el material para mi tercer libro y tacho sin piedad. Es extraño, ahora tengo la manía de la brevedad; nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve.

(A Alekséi Suvorin, 6 de febrero de 1889)

No existe una policía que pueda considerarse competente en cuestiones literarias. Sí, estoy de acuerdo, es imposible no recurrir al freno y al bastón, ya que los bribones se entrometen también en la literatura; pero, por mucho que se haga, será imposible encontrar para la literatura una policía más eficaz que la crítica y la conciencia personal del autor.

(A María Kiseliova, Moscú, 14 de enero de 1887)

Escriba una novela. Escríbala durante un año entero, luego acórtela durante medio año y después publíquela. Usted lima poco, y un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.

(A lidia Avílova, San Petersburgo, 15 de febrero de 1895)

(textos de Chéjov recopilados por el profesor Piero Brunello -Universidad deVenecia- para su libro Sin trama y sin final, Alba Editorial, Barcelona, 2002)