OTRAS VOCES, OTROS ÁMBITOS

domingo, 22 de marzo de 2009

BlANCA VARELA (1926-2009)



Partió el 12 de marzo, llevándose su poesía a otra parte, traspuso el umbral definitivo.

Guardo el tesoro de su palabra escrita.
... Alguien ha dicho algo que para mí es cierto: que la poesía es un vicio que se adquiere con la infancia. También es cierto que algunos se curan con los años, y que otros quedamos enredados para siempre en sus buenas o malas artes.
(De un texto autobiográfico de Blanca Varela)
Dos poemas, el primero, un homenaje a la poeta norteamericana Emily Dickinson, quien vestía solamente de blanco:
DAMA DE BLANCO

el poema es mi cuerpo
esto la poesía
la carne fatigada el sueño el sol
atravesando desiertos
los extremos del alma se tocan
y te recuerdo dickinson
precioso suave fantasma
errando tiempo y distancia
en la boca del otro habitas
caes al aire eres el aire
que golpea con invisible sal
mi frente
los extremos del alma se tocan
se cierran se oye girar la tierra ese ruido sin luz
arena ciega golpeándonos
así será ojos que fueron boca
que decía manos que se abren
y se cierran vacías
distante en tu ventana
ves al viento pasarte ves pasar el rostro en llamas
póstuma estrella de verano
y caes hecha pájaro
hecha nieve en la fuente
en la tierra en el olvido
y vuelves con falso nombre de mujer
con tu ropa de invierno
con tu blanca ropa de
........ invierno
.................... enlutado -

(Del libro "El falso teclado ")


CANTO VILLANO

y de pronto la vida
en mi plato de pobre
un magro trozo de celeste cerdo
aquí en mi plato

observarme
observarte
o matar una mosca sin malicia
aniquilar la luz o hacerla

hacerla
como quien abre los ojos y elige
un cielo rebosante
en el plato vacío

rubens cebollas lágrimas
más rubens más cebollas
más lágrimas

tantas historias
negros indigeribles milagros
y la estrella de oriente

emparedada
y el hueso del amor
tan roído y tan duro
brillando en otro plato

este hambre propia
existe
es la gana del alma
que es el cuerpo
es la rosa de grasa
que envejece
en su cielo de carne

mea culpa ojo turbio
mea culpa negro bocado
mea culpa divina náusea

no hay otro a
quíen este plato vacío
sino yo
devorando mis ojos
y los tuyos

(Del libro Canto Villano)